Capítulo 5
"Aunque la tierra llore por los hijos
huidos, y el crepúsculo no sepa de
consuelo posible.
Aunque la lluvia suene sorda al caer y
ya nadie escuche el suave paso de mis pies
cansados.
Aún y cuando los pájaros omitan su canto por falta
de aforo, y los mismos ángeles cambien su sino
por falta de almas.
Aún y cuando la última lágrima derramada
por vuestra marcha humedezca mi mejilla...
recordaré a fuego el sonido de vuestras
risas, el candor de vuestras miradas y la energía que
rebosabais en cada abrazo, en cada rima, en cada
gesto.
Porque el recuerdo vive, el recuerdo palpita,
el recuerdo es."
huidos, y el crepúsculo no sepa de
consuelo posible.
Aunque la lluvia suene sorda al caer y
ya nadie escuche el suave paso de mis pies
cansados.
Aún y cuando los pájaros omitan su canto por falta
de aforo, y los mismos ángeles cambien su sino
por falta de almas.
Aún y cuando la última lágrima derramada
por vuestra marcha humedezca mi mejilla...
recordaré a fuego el sonido de vuestras
risas, el candor de vuestras miradas y la energía que
rebosabais en cada abrazo, en cada rima, en cada
gesto.
Porque el recuerdo vive, el recuerdo palpita,
el recuerdo es."
Malgesini
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